La línea entre lo que es y lo que no es agresión se presenta incierta en muchas situaciones. Incluso en función de quién sea la persona agresora, alguien conocido o desconocido, somos más flexibles o comprensivos. Además, la persona agredida suele sentirse responsable o culpable en situaciones de agresión.

Hemos construido el lema con un juego de palabras, utilizando los términos agresión y agobio. Por un lado, pretende empoderar a las personas agredidas o en situación de agresión; y, por otro, interpela a testigos, agresores y cómplices. En este mismo sentido, el relato carga la responsabilidad de las situaciones de agresión sobre la persona agresora; sin emitir ningún juicio sobre la persona agredida ni sobre cómo se pueda sentir.