Debemos querernos a nosotros mismos antes de lanzarnos a la seducción y a la conquista del consumidor.
Estoy de acuerdo con la afirmación de que debemos querernos primero a nosotros mismos para poder seducir y enamorar después. Difícilmente haremos que se fijen en nosotros si ni nosotros mismos somos capaces de mirarnos al espejo y decir: “me gusta lo que veo”.